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El consumo excesivo de calorías en general, es considerado el principal factor causante de obesidad. Sin embargo, no todas las calorías son iguales, al relacionar el número y su metabolismo en el cuerpo humano.
Las proteínas y los carbohidratos, aunque proporcionan la misma cantidad de calorías (1 gr = 4 kcal), actúan en forma completamente diferente en el organismo.
En la actualidad se conoce como los hidratos de carbono y sus calorías hacen daño.
Con la pirámide alimentaria se procuró reducir el nutriente más calórico de todos -la grasa, que tiene 8-9 calorías por gramo, y los carbohidratos se establecieron en la base de la pirámide.
Desde hace tiempo, la industria alimentaria publicita sus productos enfocada en la cantidad de calorías, y promueve con la reducción de grasas la disminución calórica, sin preocuparse si la fuente sustituta, es azúcar o proteína, como si fueran iguales.
Los carbohidratos simples o refinados (como azúcar refinada, pastas, pan blanco, etc) no requieren de gran cantidad de energía corporal para ser metabolizados. Por lo tanto, una dieta con un alto índice de estas sustancias no aumenta el gasto energético en reposo. En la digestión, estos nutrientes son fácilmente metabolizados y se convierten en glucosa para su absorción.
Las proteínas tienen estructuras mucho más complejas que los hidratos de carbono, digerirlas requiere más tiempo y energía. Los aminoácidos serán incorporados a las proteínas convirtiéndose en tejidos o transformándose en fuentes de energía. Por lo tanto, en ausencia de otra fuente energética -como los carbohidratos, se produce la conversión de aminoácidos en glucosa, a través de la gluconeogénesis en el hígado.
Por cada gramo de proteína se gasta una caloría en su digestión y metabolismo (efecto termogénico) hasta convertirse en caloría (energía). Comer 1 gramo de hidratos de carbono es muy diferente que comer 1 gramo de proteína, en términos calóricos.
Aprenda a elegir qué y porqué comer, y no solo por el valor calórico.