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Es un factor de riesgo muy importante, relacionado con diferentes enfermedades graves que producen mortalidad e invalidez, como infarto agudo de miocardio, derrame, insuficiencia cardíaca, entre otras.
La hipertensión se clasifica en primaria (de origen desconocido) y secundaria (a hipotiroidismo, nefropatías, feocromocitoma abdominal, etc).
Una de las características más importante de la hipertensión primaria es la disminución del diámetro de las arterias (virtual no real), provocada por la liberación hormonal, lo que obliga al corazón a trabajar con presión mayor para vencer la resistencia periférica ofrecida por la disminución del diámetro arterial.
Se deben realizar cambios de hábitos y costumbres, para lograr el control de peso con disminución de las comidas copiosas y de difícil digestión, así como la reducción del consumo de sal que determina la retención de líquidos y mayor trabajo cardíaco.
La práctica regular de deportes es beneficiosa, bajo cuidados y orientación especializada para no sobrecargar el corazón con actividad física innecesaria o exagerada.
Se deben tomar los medicamentos recetados e informar al médico de cabecera de eventuales efectos colaterales para que determine la modificación de los mismos, y no suspender la medicación sin antes consultar, evitando así enfermedades secundarias y abruptas subidas de presión arterial.
Puede adicionar al tratamiento suplementos nutricionales que tienen efectos benéficos en el control de la presión. Los nutrientes más importantes incluyen: magnesio, alicina, antioxidantes (vitaminas C, E), calcio, cromo, arginina, zinc y cobre, ácidos grasos poliinsaturados (aceite de prímula, de borraja, omega 3, etc).
Es una enfermedad fácil de tratar cuando se cuenta con la colaboración del paciente. Si es diagnosticada en forma oportuna, puede ser adecuadamente tratada e inhibidos sus efectos deletéreos sobre el organismo.