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  • La Alimentación, puede ser un factor de riesgo

    La alimentación es uno de los factores de riesgo más importantes a considerar y controlar. Una alimentación balanceada logra eliminar el factor de riesgo exógeno.

La alimentación balanceada, está formada por carbohidratos en un 50%, siendo complejos (15%) como las fibras, algunas insolubles que aumentan la materia fecal con liberación de calorías, y otras solubles con capacidad de reducir el depósito de colesterol oxidado en las paredes arteriales. Los carbohidratos complejos son de lenta digestión y conservan los niveles de azúcar plasmático por períodos más prolongados. El 35% son carbohidratos simples (azúcares), fuente primaria de energía para el organismo.

Las proteínas constituyen el 15% de la dieta normal. Las de origen animal denominadas completas, contienen todos los aminoácidos esenciales o necesarios para la formación de tejidos; y las de origen vegetal son incompletas por la falta de uno o varios aminoácidos, sin embargo se complementa con la administración simultánea de varios productos de origen vegetal.

Las grasas (lípidos) integran el 35% de la dieta ideal, tienen alto valor calórico, son fuente de ácidos grasos, colesterol y vitaminas liposolubles. Se clasifican en simples y complejos y derivados (ácidos grasos saturados e insaturados, grasas monoinsaturadas (MUFA) y poliinsaturadas (PUFA).

Las grasas monoinsaturadas representan el mecanismo protector del sistema cardiovascular, dejando el segundo lugar a las poliinsaturadas.

Los ácidos grasos saturados provenientes de las carnes deben ser consumidos en pequeñas cantidades, por sus efectos lesivos en el endotelio de las arterias, sin embargo estas cantidades son necesarias porque el colesterol forma parte de hormonas sintetizadas a partir de la administración exógena y la síntesis hepática.

Una alimentación saludable se relaciona con el alimento ingerido, como así también con el estilo de vida, herencia, biodisponibilidad de nutrientes y medio ambiente. 

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