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La inflamación es una respuesta del organismo frente a una agresión, y puede afectar a cualquier órgano o sistema. Actualmente el proceso inflamatorio se considera en la génesis de las más diversas patologías como enfermedad de Parkinson y Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, Diabetes Mellitus entre otras.
El efecto es positivo cuando la causa es infecciosa, neutraliza y destruye al microorganismo; y negativo cuando se liberan mediadores que provocan lesión en tejidos.
Distintos factores pueden interferir o desencadenar una respuesta inflamatoria. Entre los más importantes están la exposición a toxinas y alérgenos, stress oxidativo y disglicemia.
Varias exotoxinas pueden mediar una reacción inflamatoria como pesticidas, agrotóxicos, derivados del petróleo, depósito crónico de metales pesados. Entre los metales más importantes está el cadmio, cuya fuente principal es el cigarrillo; mercurio presente en la industria metalúrgica o por contaminación del agua en las regiones de explotación minera con extracción de oro; plomo del combustible automotor que contamina el ambiente o proveniente de la industria de las pinturas; y el aluminio presente en forma de spray (desodorantes, perfumes, insecticidas, etc).
Ciertos alimentos actúan como factores desencadenantes de la inflamación, principalmente por la permeabilidad intestinal alterada que permite el ingreso de macromoléculas al torrente sanguíneo, actuando como antígenos y desencadenando la liberación de anticuerpos específicos que pueden agredir como auto-anticuerpos.
Son varios los mecanismos asociados a la acción de endotoxinas, la disbiosis del tracto gastrointestinal que destruye la flora bacteriana favoreciendo el hipercrecimiento bacteriano anómalo, o la alergia a alimentos.
El stress oxidativo es uno de los factores más importantes para el inicio y mediación de la respuesta inflamatoria, existe relación directa entre el aumento de los radicales libres y lesión. El mecanismo en la infección es por explosión respiratoria contra los microorganismos agresores; en la inflamación aguda por activación del ciclo de las prostaglandinas, y en los procesos degenerativos crónicos el mecanismo más importante es el de isquemia y reperfusión, que se observa en insuficiencia coronaria o en artrosis.
La evaluación funcional en la práctica orthomolecular, considera varios factores exógenos y endógenos asociados al desarrollo de una respuesta inflamatoria, aproximando la terapéutica a la etiología básica de muchas enfermedades, y considerando que el uso aislado de antiinflamatorios, solo puede retardar el tratamiento del factor causal.